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Chandy pensó que había encontrado su vocación a una edad temprana, al darse cuenta de que le apasionaba enseñar a niños con discapacidades del desarrollo. Pero la vida la llevó por otro camino. Chandy descubrió a otras personas que necesitaban orientación y el poderoso conocimiento que podía proporcionarles. A lo largo del camino, Chandy había tenido algunas oportunidades de enseñar que le eran muy valiosas, pero su esposo en ese momento tenía la ambición de ser dueño de un negocio. Chandy y su esposo eran propietarios de varias empresas antes de entrar en el mundo inmobiliario. Compraron de todo, desde viviendas individuales y nuevas construcciones hasta parques de casas móviles y casas multifamiliares. Pero faltaba algo. La satisfacción que sentía como maestra estaba tristemente ausente, y su corazón anhelaba seguir enseñando. Fue durante este tiempo que a Chandy se le ofreció una oportunidad que le cambiaría la vida. Participó en un grupo de inversión local que impartiría cursos. Aprendió muchísimo de ellos. Otros miembros del grupo se dieron cuenta de esto, y a Chandy le ofrecieron un trabajo como facilitadora de una clase de inversión para mujeres. Ella estuvo de acuerdo y eso cambió su mundo. Luego se encontró criando a sus hijos sola. Pasó de ser ama de casa, educando a sus hijos en casa, a ser madre soltera, trabajando a tiempo completo. Ella ama a sus hijos más que a nada en el mundo, pero mantener sola a cuatro niños fue una verdadera hazaña. Luego se convirtió en propietaria regional en el sur de California, comprando franquicias completas. El alcance era amplio y descansaba tranquila sabiendo que le iba bien con las personas. Dicho esto, cuanto más grande no siempre es mejor, y quería interacciones más personalizadas. Podría poner en práctica esas habilidades de enseñanza para sus clientes, colaborar más estrechamente con ellos y guiarlos durante todo el proceso. Así que dejó las franquicias para abrir una agencia de corretaje boutique. No se arrepiente. Chandy ha podido perfeccionar sus habilidades docentes para ayudarla en su vida personal y guiar a su familia. No solo sus hijos, sino también sus familias, sus nietos. Es la misma atención que ofrece a todos sus clientes. No se trata solo de la venta de una vivienda. Es una inversión de por vida. Cuando un cliente colabora con Chandy, puede sentirse reconfortado al saber que ella aporta experiencia empresarial, conocimientos y el impulso para transmitir esos conocimientos. Se distingue por su pasión por servir a las personas y su pensamiento creativo. No se trata de la venta, la empresa o la casa, se trata de los clientes, Chandy quiere escuchar sus voces. Se sabe que la gente la subestima por su estatura, pero su historia muestra una historia diferente. No está aquí para una transacción, sino para los clientes y los futuros miembros de la familia del cliente, ya que utilizan estas propiedades como los pilares de sus objetivos financieros. El deseo más profundo de Chandy es que sus clientes amen sus vidas, estén donde estén. Sabe que una venta no se trata solo de dar forma al presente de un cliente, sino de dar forma a su futuro.